especial halloween
Juegos de Halloween sin contacto físico para pasarlo de miedo en clase
Se avecina un Halloween con mascarillas y con mucha distancia interpersonal. Sin embargo, esto no va a impedir que celebremos Halloween como se merece, de la manera más divertida posible.
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Este año la celebración más espeluznante del año va a resultar un poco diferente debido a las medidas de prevención que se han impuesto en los centros educativos. Sin embargo, para facilitaros las cosas, os proponemos una serie de juegos sin contacto para pasar un rato divertido en clase.
Existen muchas posibilidades para sustituir el famoso “truco o trato” y las grandes fiestas.  Por eso, hemos preparado esta selección de juegos de Halloween sin contacto físico que podrás hacer en clase sin correr riesgos. Recuerda que en ningún caso se puede prescindir de la mascarilla.
Hay multitud de actividades sin contacto que harán que, a pesar de todo, este Halloween tan atípico sea divertido
Juegos tradicionales para poner a prueba la puntería o darle vueltas al coco, bailes y carreras, la propuesta es de lo más variada.
Un baile de miedo
El divertido juego de las sillas musicales, pero en su versión más escalofriante. Los elementos que vas a necesitar son tan sencillos que apenas precisa de preparación. Solo unas cuantas sillas, un reproductor de música, tus canciones de Halloween favoritas y ¡muchas ganas de pasárselo bien! Colocaremos las sillas en círculo, dejando separación entre ellas para poder mantener las distancias. Recuerda que debes utilizar una silla menos del número de niños que vayan a participar en el juego. Si las decoras terroríficamente, mejor. Con un poquito de imaginación, puedes convertirlas en tenebrosas tumbas que van a encantar a los más pequeños. Ponemos en nuestro reproductor de música la canción de Halloween que más nos guste. Los niños, disfrazados de monstruos, brujas y demás esperpénticos personajes, van a tener que bailar girando alrededor de las sillas. Cuando la música se detenga, todos deberán correr a sentarse en una de las sillas. El que se quede sin silla quedará eliminado. Para la siguiente ronda, quitaremos una de las sillas y comenzaremos de nuevo el baile. Gana el que consiga sentarse en la última silla que quede después de un buen rato de terrorífica diversión.
¿Qué monstruo soy?
¿Qué tal si convertimos a nuestros pequeños en monstruos por un rato? Una versión muy particular y escalofriante del entretenido juego “¿Qué tengo en la cabeza?”.
Usaremos toda nuestra imaginación para crear unas terroríficas tarjetas con los monstruos de Halloween más variados. Brujas, momias o vampiros, lo importante es tener varios personajes diferentes. Los podemos dibujar sobre notas adhesivas, sujetarlos con cintas o decorarlos como quieras. ¿Te imaginas crear aterradores monstruos con una simple caja de cartón? Colocaremos a los niños en círculo. Uno de ellos, el que liga, se colocará en la cabeza uno de los monstruos que hayamos preparado. Es importante que no vea cuál le ha tocado porque tendrá que adivinarlo. Tendrá que ir haciendo preguntas a sus compañeros, que solo podrán responder con sí o no. Cuando adivine el monstruo que es, pasa el turno al compañero de la izquierda. Podemos hacer una versión mucho más entretenida de este juego si incorporamos un elemento adicional. Por ejemplo, cuando el niño adivine de qué monstruo se trata, tendrá que hacer una imitación. Podemos, incluso, pedirle que se invente una historia de miedo en la que será el protagonista.
Ponerle cara a la calabaza
A los más pequeños de la clase les va a encantar esta original versión de “ponle la cola al burro”. En esta ocasión, vamos a realizar el juego con elementos de Halloween. Para ellos, vamos a recortar, por un lado, calabazas, fantasmas y murciélagos de cartulina o de fieltro. Por otro, recortaremos los ojos y las bocas en cartulina de diferente color.  Podemos colocarles por detrás un pedazo de cinta de doble cara o bien, si lo estamos haciendo con fieltro, un pedacito de velcro. La cuestión es que los ojos y las bocas queden bien adheridos a las caras. Vamos vendando los ojos a los niños y, a ciegas, tendrán que colocar los rostros en las caras que habremos sujetado a la pared o a la pizarra. ¡Nos quedarán unas caras horripilantes y divertidas!
Los sombreros de bruja
Con este divertido juego, los niños van a pasar un rato muy ameno y, a la vez, pondrán a prueba sus habilidades de puntería. Tendrán que realizarlo uno a uno, respetando los turnos y asegurándonos de que mantienen siempre la distancia de seguridad. Para jugar, vamos a colocar en el suelo varios sombreros de bruja. También podemos hacerlos nosotros mismo, elaborando varios conos con cartulina y pegándolos en una base circular. ¡Además los podremos dejar que los niños los decoren como quieran! Necesitaremos también varias anillas, que podemos hacer con cartón o con unos sencillos limpiapipas. Colocaremos a los niños a una distancia determinada de los sombreros. Tendrán que ir lanzando los aros, tratando de colarlos en los picos de los sombreros. ¡El que más aros cuele será el ganador! ¿Qué tal si lo celebramos con un divertido baile de monstruos?
Competición de momias
Solo vamos a necesitar mucho papel higiénico y ganas de pasarlo muy bien. Podemos aprovechar las pistas del cole para hacerlo si el espacio en clase es más reducido.

Con mucho cuidado, y siempre con mascarilla, envolveremos a los niños de los pies a la cabeza con el papel. Nos van a quedar unas momias increíbles y ellos estarán encantados. Después, los dividimos en grupos y, con la debida separación entre carriles, dará comienzo la carrera de momias más ocurrente y espeluznante.
Al final, no nos olvidemos de recoger y reciclar todo el material que hemos utilizado.
La pirámide fantasmal
En esta ocasión vamos a convertir la clase en una caseta de feria, en la que los niños van a poder demostrar sus habilidades de tiro y puntería. Para que comience la diversión, solo necesitamos unos cuantos vasos de plástico o de cartón blanco. Con ellos vamos a hacer los fantasmas más aterradores que se nos ocurran. Les podemos dibujar unos espeluznantes ojos, dibujarles cadenas o ponerles siniestras caras. Vamos a dejarnos llevar por nuestra imaginación y la de los niños. Colocamos los vasos unos encima de otros, de manera que formen una pirámide. Después, con unas pelotas de tenis de mesa, bolas de papel o pequeñas calabazas de juguete, los niños tendrán que poner a prueba su puntería, derribando el mayor número de vasos posible. El que lo consiga será el ganador. Otra opción es construir la pirámide con rollos de papel.
La guarida de la araña
Una fea y repugnante araña ha entrado en clase ¡y lo ha llenado todo de telarañas! Pero lo malo no es eso, sino que, entre toda esa pegajosa tela, se han quedado enredados los objetos de la clase. ¡Tenemos que recuperarlos! Para hacerlo, vamos a crear una divertida gymkhana, ideal para los niños más pequeños. Vamos a colocar cuerdas repartidas por toda la clase, enganchadas de las sillas, de las mesas y de las estanterías. De esta manera, vamos a formar una gran telaraña. En ella iremos colgando los objetos de clase que se nos ocurran. También podemos poner adornos de Halloween, como arañas, fantasmas o pequeñas brujas. Los niños tendrán que ir atravesando la telaraña para ir a recuperar los objetos que se han quedado prendidos en ella. Pero, ¡tendrán que tener mucho cuidado! Si alguno de ellos toca alguno de los hilos, el objeto se caerá y la araña se quedará con él.
Bolos fantasmagóricos
Vamos a crear nuestro propio y fantasmal juego de bolos para que los niños disfruten de la fiesta de Halloween como se merece. Con ellos, podremos echar en clase las partidas que queramos, pasaremos un rato divertido, afinaremos nuestra puntería y daremos rienda suelta a nuestra imaginación. Primero vamos a elaborar los elementos protagonistas. Para ello, podemos utilizar unas botellas vacías, pintándolas de blanco para que simulen fantasmas, o decorar unas latas con los personajes más terroríficos de la fiesta. Podemos, incluso, utilizar unas pequeñas calabazas de las que tienen forma alargada. Los niños irán lanzando una pequeña calabaza de juguete a modo de bola. Cuantos más monstruos y fantasmas sean capaces de derribar, ¡mucho mejor!
Un tres en raya de miedo
El clásico tres en raya es un juego de estrategia con el que podemos trabajar con los niños conceptos matemáticos, estimulamos su razonamiento y les ayudamos con la coordinación ojo-mano. Además, se trata de una actividad muy versátil que nos permite una sencilla elaboración para jugar en cualquier momento y lugar. Por supuesto, también podemos celebrar Halloween con un tres en raya de lo más espeluznante. Para ello, elaboraremos un tablero con cartulina o con fieltro de color negro, lo más tétrico y tenebroso posible. Trazaremos unas líneas con rotulador blanco para delimitar las casillas. Como fichas, podemos utilizar unas pequeñas calabazas de juguete. Tres de ellas las decoraremos con pegatinas o con dibujos para que sean diferentes de las tres restantes. ¡Y ya tenemos todo listo para comenzar nuestro juego! Por parejas, los niños irán colocando las calabazas en las casillas, tratando de completar un tres en raya al tiempo que obstaculizan al contrario. Eso sí, debemos tener mucho cuidado con los materiales si son compartidos y limpiarlos bien después de cada uso.
Carrera de ojos
Los pequeños monstruos de la clase lo van a pasar terroríficamente bien si les proponemos esta carrera de ojos. Solo necesitaremos unas cuantas cucharas, una para cada niño, sin compartir los materiales, y unas pelotas de
ping-pong
. Vamos a comenzar decorando las pelotas como si fueran unos horrorosos globos oculares. Cuantas más venas sangrientas les dibujemos, mucho mejor. A continuación, los niños pondrán un ojo en cada cuchara y, con ellos en la mano, tendrán que llegar a la meta sin que se caigan los ojos. Si queremos hacerlo aún más complicado y divertido, les podemos pedir que sostengan la cuchara con la boca mientras hacen el recorrido. El que antes llegue a la meta será el ganador.
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