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Los múltiples beneficios de viajar en familia
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A todos nos gusta viajar, descubrir nuevos lugares, culturas distintas y una gastronomía diferente. Es el momento de salir de nuestra rutina y sumergirnos en un mundo nuevo de posibilidades y aventuras. Cada viaje es una experiencia que nos acompañará el resto de nuestra vida.
Descubrir otros lugares y culturas nos enriquece como individuos. Nos ayuda a disponer de una visión global del mundo en el que vivimos y desarrolla nuestra capacidad de empatizar con otras costumbres y sensibilidades, según un estudio realizado por la Universidad de Otago.

Salir de nuestro entorno habitual contribuye, además, a reducir el estrés y a que, a nuestra vuelta, nos encontremos con las energías recargadas para afrontar satisfactoriamente nuestro día a día. Sin embargo, el concepto de viajar para ser mejor persona no puede verse del todo satisfecho sin tener en cuenta una serie de recomendaciones éticas de vital importancia. Aspectos como el transporte o el destino que elegimos, así como otros relacionados con nuestra incidencia directa sobre el medio ambiente, pueden marcar la diferencia.
Por qué viajar nos hace ser mejores personas
Viajar con niñosViajar con niños
Viajar nos ayuda a agudizar los sentidos, aumentar la atención y dar rienda suelta a nuestra creatividad - Fuente: Canva
La positiva influencia que tienen los viajes en nuestra mente
Dejar atrás la comodidad y seguridad de nuestro hogar implica agudizar los sentidos, aumentar la atención y dar rienda suelta a nuestra creatividad. Para adaptarnos a un contexto desconocido y solventar cualquier imprevisto, nuestro cerebro activa el modo de máximo rendimiento y nos mantiene alerta. Mirando más allá, con el paso del tiempo, recrearemos una y otra vez la experiencia a través de los recuerdos, dejando paso a razonamientos cerebrales complejos que incrementan nuestra capacidad intelectual.
Muchos psicólogos aseguran que viajar no solo nos ayuda a liberar las tensiones acumuladas, sino que mejora nuestra autoestima, eleva nuestros niveles de ánimo y, como consecuencia, reduce el riesgo de padecer una depresión. Incluso, tal y como señala el Doctor David Curto, Director Asistencial de Sanitas Mayores, tiene un efecto positivo en las personas de edad avanzada a nivel cognitivo.
Cuando nos relacionamos con gente de otras culturas, esa misma distancia que nos separa potencia nuestras habilidades sociales. Nos hace desterrar los prejuicios y nos empuja inconscientemente a mostrar nuestra faceta más tolerante. Y esto es algo que perdura. Porque un viaje no termina cuando volvemos a casa, sino que permanece en nuestra mente para siempre.
Conectar con la naturaleza y cuidar el medioambiente - Fuente: Canva
Viajar para ser mejor persona y ser mejor persona viajando
Los citados beneficios en nuestra evolución como individuos son patentes para millones de turistas que, año tras año, se desplazan a lo largo y ancho del planeta. Un acontecimiento con unos innegables efectos positivos en la economía de los países y en la creación de puestos de trabajo. Y también, en ocasiones, con desastrosas consecuencias provocadas por actos irresponsables. Parece evidente pensar que, allá donde vayamos, más aún si cabe en entornos naturales, no debemos arrojar ningún desecho. Aunque observando el caso de Maya Bay en las tailandesas Islas Phi Phi ya no lo parece tanto. Tras hacerse mundialmente famosa por la película La playa de Leonardo Di Caprio, esta franja costera tuvo que ser cerrada recientemente por los graves daños medioambientales que, durante los últimos años, ha causado la inconsciencia de muchos visitantes. Desde luego, si uno pretende viajar para ser mejor persona, comportamientos de este tipo vacían tal propuesta de sentido. Javier Martínez es un ingeniero de 37 años que ha empleado buena parte de su vida en conocer otros países. Nos confirma que “cuando viajas a algunas partes de Asia o del Amazonas, la naturaleza te deja tan asombrado como los restos y desperdicios que encuentras. En Phi Phi, podrías jugar a contar botes de refresco en el fondo del mar mientras buscas peces de colores y no acabarías nunca. En Iquitos, en el Amazonas Peruano, las botellas se mezclan entre las ramas de los árboles, arrastradas por la corriente del río. Realmente, no sabes si hay más madera o más plástico”. Teniendo en cuenta lo anterior, no está de más recordar las “3 erres”: reciclar, reducir y reutilizar. Intentemos, por tanto, emplear durante nuestras salidas materiales biodegradables, limitemos el uso del papel y cambiemos las pilas desechables de nuestros dispositivos electrónicos por unas recargables. Y, bajo ningún concepto, alteremos el entorno ni extraigamos ningún elemento del mismo. La arena, las piedras, las plantas o los animales deben quedarse allá donde están y tal y como la naturaleza los dispuso. Si queremos guardar algún recuerdo de nuestra experiencia, hagámoslo fomentando un comercio local responsable. Para alojarnos, optemos por ecohoteles u otras alternativas sostenibles y, antes de nada, elijamos destinos con un firme compromiso por la conservación de su hábitat original.
Vivir lugares de ensueño y llenarnos de buenos recuerdos - Fuente: Canva
Siempre habrá una historia que contar
Recorrer el mundo es una manera ideal de enfrentarse a nuevas situaciones y guardar recuerdos que podemos compartir más adelante. Tanto para los adultos como para los niños, conocer nuevos lugares otorga una oportunidad para iniciar una conversación y tener siempre una historia interesante que compartir. De hecho, cuando vuelvan al colegio podrán contar qué han hecho, trabajando sus habilidades de comunicación oral y escrita (si deben entregar una redacción) y mejorando su memoria para narrar todos los hechos relevantes.
Viajar desde pequeños nos hace más flexibles y pacientes - Fuente: Canva
Fomenta la tolerancia y el respeto
Al enfrentarse a una cultura completamente nueva, tanto mayores como pequeños trabajarán su empatía. Adentrarse en situaciones que no son familiares permite que abramos nuestra mente a nuevas posibilidades y ampliemos nuestros horizontes. En el caso de los niños, entre los beneficios de viajar se encuentra la oportunidad de que desarrollen mejor sus habilidades sociales y emocionales al estar en contacto con nuevas personas.
Cuando viajamos, aprendemos con lo que hacemos - Fuente: Canva
Es una nueva oportunidad para aprender
Enfrentarse a nuevas situaciones crea la oportunidad perfecta para que los padres enseñen nuevas lecciones a sus hijos. De esta manera, se podrá trabajar su capacidad de observación y atención, generando conversaciones interesantes que trabajen su pensamiento crítico. Estas cualidades les acompañarán el resto de su vida, creando a unos ciudadanos más curiosos, observadores, críticos y empáticos.
Compartir momentos inolvidables, nos hace más unidos como familia - Fuente: Canva
La familia que viaja unida, permanece unida
Durante las vacaciones, se viven experiencias nuevas que permiten trazar vínculos más sólidos y profundos entre vosotros. A través de excursiones, visitas y actividades agradables, se generan recuerdos felices y el vínculo se estrecha. De hecho, ¡puedes crear una nueva tradición! Cada año podéis visitar un nuevo lugar y luego crear un álbum en el que incluyáis fotografías, algunas reflexiones sobre el viaje y otros recuerdos como las entradas a los museos o los billetes del avión. ¡La imaginación al poder!
Cuando viajamos, vemos realidades muy diferentes a las nuestras - Fuente: Canva
Enseña que las posesiones materiales no son lo más importante
El mejor regalo que se puede hacer siempre es una experiencia. Cualquier objeto podrá quedarse con nosotros un tiempo, hasta que nos deje de gustar o se rompa, pero los recuerdos nos acompañarán toda la vida. Y para ello no hace falta irse muy lejos, una excursión a pocos kilómetros de tu ciudad puede ser igual de emocionante y entretenida. Es una oportunidad de salir de casa todos juntos, explorar un lugar nuevo y hacer algo diferente en familia. ¡Quién tiene planeado un viaje, tiene un tesoro!
Ver de cerca lugares diferentes a los nuestros, nos hace enfocar los problemas desde otra perspectiva - Fuente: Canva
Nos ayuda a resolver mejor los problemas
Durante un viaje, ser capaces de enfrentarse a un imprevisto es fundamental. Cuando llevamos con nosotros a nuestros hijos, y hay que enfrentarse a un problema, les estaremos ayudando a lidiar con esta situación que se dará a diario en su vida. Entre los beneficios de viajar se encuentra la resolución de problemas, esta actividad nos plantea nuevos retos como qué meter en la maleta o cómo llegar a cierto monumento que queremos visitar. Si les involucramos en la toma de decisiones, estaremos dando a nuestros niños herramientas, como el pensamiento analítico, que les acompañarán y les ayudarán a enfrentarse a cualquier reto que se les ponga por delante.
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