El Castell de Guadalest | Fuente: Canva

El Castell de Guadalest se considera uno de los pueblos más bonitos de Alicante. Su sensacional castillo encaramado en un risco y sus casas encajonadas entre las rocas de la montaña conforman un conjunto digno de visitar. Además de su importante patrimonio cultural, cabe destacar el impresionante entorno natural que lo rodea, como el embalse de aguas turquesas, y las preciosas vistas con las que cuenta.

El Parque Natural de las Hoces del Cabriel se encuentra a muy pocos kilómetros de Valencia capital y es un sitio perfecto para disfrutar de la naturaleza en su estado más puro. La zona no tiene relieves importantes, pero contiene formas erosionadas que impresionan. Se trata de un territorio de singular importancia por su flora, fauna y paisajes. Entre las aves de la zona, destacan el águila perdicera y el halcón peregrino. Y uno de los mamíferos que más pueblan el espacio es la cabra montesa.

Peñíscola y el Castillo del Papa Luna | Fuente: Canva

Las calles de esta bonita localidad, también conocida como Ciudad del Mar, reflejan el legado arquitectónico y cultural de todas las civilizaciones que han navegado el Mediterráneo (fenicios, griegos, romanos, bizantinos y árabes). En la Edad Media tuvo un esplendor especial, cuando los Caballeros Templarios se establecieron en sus tierras, dejando, entre otros espacios, el Castillo del Papa Luna, declarado Monumento Histórico-Artístico en 1931, que se ha convertido en un emblema de Peñíscola.

Situado en el sector oriental de la Sierra minera de Cartagena-La Unión, cerca del Mar Menor y Cabo de Palos, alberga, en su extensión, gran parte de las playas más naturales, vírgenes, y con mejor conservación de la costa mediterránea. El Espacio Natural Protegido del Parque de Calblanque se divide en tres zonas: las Salinas, el Atochar y Negrete. Esta última podría ser lo más cercano al paraíso, debido a la composición de su paisaje. Algo similar pasa con las calas y playas de Calblanque, Cala Arturo, Cala Magre y Cala de los Dentoles, Playa Parreño, Playa de Negrete, Playa Larga y Playa de las Cañas. Existen diversas rutas de mayor o menor nivel que atraviesan los rincones más recónditos del parque.

El Valle de Ricote, que abarca los municipios de Abarán, Archena, Blanca, Cieza, Ojós, Ricote, Ulea y Villanueva del Segura, está situado en la Vega Alta del Segura y se constituye como un oasis de cultura, historia, naturaleza, gastronomía y costumbres en el corazón de la región. Allí, entre meandros de chopos y sauces, y huertos de frutas, verduras y hortalizas, serpentea el río. En las montañas que lo bordean se ven los escarpados riscos que antiguamente sirvieron de fortaleza a los pobladores musulmanes. Recorriendo sus senderos, es posible encontrar miradores con impresionantes panorámicas. Dentro del valle, también se pueden realizar deportes acuáticos en el río Segura, como kayak o rafting. Existen tramos más tranquilos, para personas sin experiencia, y otros más complejos y rápidos, que son una delicia para los amantes de este tipo de deportes.

La Playa de Bolnuevo está considerada una de las mejores de la región y, cuando hace buen tiempo, es un lugar excelente para disfrutar de deportes acuáticos. Frente a esta, cruzando una estrecha carretera, se encuentra el principal reclamo turístico de Mazarrón, el monumento natural de las 'Erosiones de Bolnuevo' o 'Gredas de Bolnuevo', una serie de rocas con curiosas, abstractas y encantadas formas constituidas a partir del desgaste producido por la acción erosiva del viento y el agua.

Parque Regional Salinas de San Pedro del Pinatar | Fuente: Canva

Las Salinas de San Pedro se extienden a lo largo de una franja litoral mediterránea de unos 6 km. Estas, junto con las Encañizadas (vía natural de intercambio de agua entre el Mar Mediterráneo y el Mar Menor) en San Javier, constituyen este Parque Regional. Sin duda alguna, esta explotación salinera, activa desde tiempos de los romanos, da lugar a un paisaje singular compuesto por estanques, diques o motas, dunas y pinares. Asimismo, los Molinos Quintín y de la Calcetera adornan este extenso paraje, junto con las montañas de sal que recortan el horizonte. Por supuesto, es recomendable visitar el parque por las sendas preparadas para ser recorridas a pie o en bici.

Cabo de Palos es un bonito pueblo pesquero que destaca por su famoso faro, de 81 m, por sus magníficas calas y por sus fondos marinos, que son de las reservas más importantes que existen en el Mediterráneo. Uno de los lugares con más encanto de la localidad es su pequeña zona portuaria, repleta de barcos de pescadores que cada mañana se mezclan con las embarcaciones de buceadores. Por otro lado, en la base del faro hay un área de aparcamiento gratuita donde dejar el coche sin problemas para, a continuación, poner rumbo a la torre a pie. Es un bonito paseo que se hace por un camino asfaltado. Desde arriba del todo hay unas vistas impresionaste de La Manga y del mar. Después de una visita al pueblo, es casi obligatorio probar el plato estrella: el Caldero del Mar Menor, un rico arroz con pescados de la zona.