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especial Tecnología | Noviembre 2020
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HÁBITOS SALUDABLES
Hábitos saludables en la alimentación infantil
Te contamos por qué debes incluir la carne de vacuno en la dieta de los niños y los falsos mitos que giran en torno a este alimento
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Apostar por una dieta variada y equilibrada, incluyendo alimentos como la carne, además de ser beneficioso para el correcto funcionamiento del organismo, favorecerá nuestro bienestar
Muchas veces achacamos al trepidante ritmo diario la dificultad para poder llevar una alimentación de calidad: escaso tiempo, poca comida casera, horarios interminables, situaciones estresantes… Pero lo cierto es que en fines de semana y períodos en los que disponemos de más tiempo no siempre apostamos por la dieta rica y variada que deberíamos seguir. Organizarse en casa es el primer paso para tener una alimentación equilibrada. En nuestra nevera y despensa debemos hacer sitio a todos los grupos de alimentos, ya que solo así podremos planificar una dieta verdaderamente variada y nutritiva.
Hoy en día se ha puesto de moda por algunos padres eliminar de la dieta de los más pequeños y jóvenes, alimentos como la carne sin valorar en profundidad las consecuencias que tiene esto para el organismo. La restricción de alimentos puede comprometer el aporte de diversos nutrientes esenciales para el organismo y por consecuencia, presentar efectos negativos en el crecimiento y desarrollo en el organismo durante la edad infantil y juvenil, como déficits nutricionales que conllevan a enfermedades como raquitismo, déficits neurológicos o baja densidad mineral ósea. Una dieta vegana o vegetariana, por ejemplo, debe de estar suplementada por vitamina B12 y vitamina D y yodo, mientras que otros nutrientes como el hierro, calcio y el zinc, deben valorarse caso por caso.
La decisión de no incorporar ciertos grupos de alimentos en la dieta, en la mayoría de los casos, viene ocasionada por decisiones no contrastadas con el servicio de salud. En nuestro día a día debemos seguir hábitos saludables, donde la alimentación y el ejercicio sean dos pilares en los que apoyarnos para sentirnos mejor y con más energía.
Los falsos mitos en la alimentación
Los falsos mitos en la alimentación, por desgracia, son uno de los grandes problemas de nuestro tiempo que, en cierta medida, nos ha situado entre los países con mayor obesidad infantil del mundo. Pues bien, hoy traemos algunos falsos mitos sobre la Carne de Vacuno para que conozcáis la verdadera realidad:
◼ La grasa de la carne de vacuno es perjudicial para la salud.
FALSO. La grasa es un nutriente esencial para el buen funcionamiento de nuestro organismo por el aporte energético que genera. Además, son indispensables para la absorción de vitaminas liposolubles (A, D, E y K), para el desarrollo y crecimiento, fundamentalmente.
◼ El consumo de carne de vacuno debilita los huesos y potencia la aparición de osteoporosis.
FALSO. Se dice que el consumo de proteínas en la carne aumenta la acidez del cuerpo y éste toma calcio de los huesos para contrarrestarla, lo que los termina debilitando. La realidad es que estudios científicos han demostrado que la ingesta de proteínas de alta digestibilidad ayuda a mantener la densidad de los de los huesos, disminuyendo la posibilidad de osteoporosis.
◼ El ser humano es hervíboro por naturaleza.
FALSO. Son muchas las personas que afirman que el ser humano no está diseñado para comer carne y que puede encontrar este tipo de nutrientes en otros alimentos de la naturaleza. La realidad es que el cuerpo humano, desde nuestros orígenes, sí está preparado para el consumo de carne. Solamente debemos pensar en nuestro tipo de dentadura y que nuestro cuerpo tiene una capacidad más que suficiente para descomponer y digerir la carne.
No es aconsejable consumir carne de vacuno con frecuencia.
FALSO. Para cumplir con el requerimiento individual de hierro, debería incorporarse una porción de carne roja o blanca 3-4 veces por semana. El tamaño de esta dependerá de la edad, el género, el peso corporal y el estado de salud. Hay que diferenciar las carnes magras de vacuno como el solomillo o la tapa, con bajo contenido en grasa, de otros cortes más grasos. Y por supuesto siempre podemos elegir formas de cocinado que aporten menos grasa como la parrilla, el horno, la plancha, sin olvidarnos de los tradicionales guisos.
◼ Una hamburguesa de ternera contamina más que un coche.
FALSO. Hoy en día hay personas que eliminan este alimento de su dieta por motivos ambientales cuando la labor de las vacas en nuestro territorio es fundamental para evitar incendios. Además, el consumo de carne de vacuno por persona y año en España sólo es de 5kg, lo que se podría equiparar en emisiones a un viaje de ida y vuelta en coche de Madrid a Bilbao.
Prescindir de la carne de vacuno puede acarrear graves consecuencias
Prescindir del consumo de carne motivado por impulsos, influencias o causas de diversa índole, puede desencadenar problemas, a veces, de consecuencias irreversibles, alterando el papel fundamental y decisivo en los sistemas fisiológicos del organismo. Eliminar alimentos como la carne de vacuno de la dieta es como quitar ladrillos a una casa, es posible que al principio aguante, pero al final se terminará cayendo.
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PROVACUNO a tu lado
Desde PROVACUNO, la organización que representa al sector de vacuno de carne de España, se están lanzando iniciativas como
Muy Fans de lo Nuestro
para trasladar no solo la importancia que tiene este alimento en la economía de nuestro medio rural, principalmente, sino también porque consumiendo nuestra carne de vacuno evitamos incendios y ayudamos a conservar nuestros montes y nuestra naturaleza. Consumir los productos de nuestros ganaderos y nuestro sector agroalimentario repercute en todos. Consumiendo lo nuestro, apoyamos lo de todos. Otro aspecto que debemos trabajar conjuntamente en casa y fuera de ella es el desperdicio alimentario. Concienciarnos de que tirar comida no solo es dañino desde el punto de vista ético, sino que también lo es desde el punto de vista económico y medioambiental. Según los expertos en esta materia, el 10 % de las emisiones de gases de efecto invernadero provienen del desperdicio de alimentos. Y no solo tiramos productos sin cocinar, sino que también lo hacemos una vez cocinados. Las frutas y verduras lideran el
ranking
del desperdicio al que nadie se quiere subir donde pueden llegar a alcanzar el 40 % mientras que otros como el de la carne de vacuno no supera el 1 %. Mejorar la planificación de las comidas, hacer una compra responsable o conservar adecuadamente los alimentos son algunas de las soluciones para no tener que tirar nada, y si ni con esas lo consigues, haz de la imaginación tu fuente de inspiración porque el recetario es extenso y luchar contra el desperdicio alimentario nos compete a todos.
En definitiva, nuestros hábitos han cambiado y eso incide en nuestra alimentación y en nuestra actividad física. Por eso, no hay mejor receta que seguir nuestra Dieta Mediterránea. ¡Qué aproveche!