editorial
Un enfoque holístico para inculcar en nuestros hijos hábitos saludables
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por Nora Kurtin
@NoraKurtin
Fundadora de Sapos y Princesas
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El ejemplo lo es todo. Por ello, los expertos recomiendan inculcar estos hábitos en el hogar, empezando por la alimentación y el ejercicio físico. Alejarnos de comidas con alta composición calórica y de grasas saturadas y alimentos procesados, así como de bebidas azucaradas, ayudará a establecer una dieta sana. Por otro lado, tal y como afirma la Asociación Española de Pediatría, fomentar el ejercicio físico y evitar el sedentarismo reduce el riesgo de padecer obesidad, mejora la condición física, cardiovascular y ósea, el rendimiento escolar y el estado anímico.
Asimismo, otro aspecto muy importante para nuestro bienestar es el descanso. La escasez de horas de sueño es un aspecto que solemos descuidar, sin ser conscientes de lo perjudicial que puede ser tanto a nivel físico como psicológico. ¿Sabías que un niño de 2 años necesita dormir 13 horas diarias, y los de 6 al menos 10? ¿O que un adolescente precisa entre 8 y 10? Sin este tiempo mínimo, los efectos negativos en la salud mental de los jóvenes pueden manifestarse en forma de cuadro depresivo. La falta de sueño, a largo plazo, también aumenta el riesgo de obesidad, diabetes y enfermedades del corazón y de los vasos sanguíneos, además de ansiedad, disminución de la función cerebral, pérdida de memoria y un sistema inmunitario más debilitado. Por ello, reforzamos la idea de que dormir bien incide, en gran parte, en el mantenimiento de una vida sana.
Cerca de cumplirse un año desde que se inició la pandemia, podemos ya observar el impacto que está teniendo en la salud mental. Estudios recientes muestran un aumento de la ansiedad y la depresión que, junto con la violencia, los trastornos por consumo de alcohol y el abuso de sustancias, son factores que aumentan el riesgo de suicidio.
En España, al igual que en resto del mundo, y debido a las circunstancias, este se ha visto incrementado en el último año. Por ello, la Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte sobre la importancia de mantener la comunicación con nuestros seres queridos, pese a los confinamientos, y tratar de reconocer y detectar de forma precoz posibles señales de peligro.
Hablemos con ellos de forma abierta y franca, y nunca dudemos en buscar ayuda de un profesional si no sabemos cómo manejar ciertas situaciones.
"Debemos establecer el punto de equilibrio personal y familiar con la tecnología para alcanzar el bienestar y recuperar la comunicación con los miembros del hogar"
Para contrarrestar los efectos negativos de esta situación que ya lleva demasiado tiempo instalada como rutina, el aislamiento, la falta de libertad de movimiento y la escasa socialización, recomendamos buscar alternativas. Una buena idea es estar en contacto con la naturaleza, ya que aporta grandes beneficios a la salud mental. Pasar tiempo al aire libre en espacios verdes es una terapia prescrita por muchos médicos tanto para adultos como para niños, porque pueden jugar y activarse físicamente, liberar el estrés y socializar. Mientras, los adultos cambiamos de entorno, nos movemos dando un buen paseo sin pantallas y compartimos otra actividad en familia.
Por otro lado, debemos esforzarnos en encontrar el punto de equilibrio con el uso de la tecnología para alcanzar el bienestar. La pandemia ha acelerado el incremento de horas frente a las pantallas y esto ha afectado directamente a la comunicación intrafamiliar. Aunque convivamos bajo el mismo techo, nuestros momentos de ocio se han individualizado, nos hemos aislado en nuestro propio espacio digital y los niños en su mundo virtual. Para poder reorganizar la rutina apostando por los buenos hábitos, es recomendable limitar el uso de dispositivos electrónicos en casa, por espacios o por horas, y fomentar actividades conjuntas que potencien la comunicación cara a cara. La tecnología tiene muchos beneficios si sabemos cómo establecer límites. Con un uso controlado evitaremos su impacto negativo en el sueño y las adicciones cada vez más frecuentes en los adolescentes.
La educación empieza en casa y continúa en el colegio. Por ello, es importante elegir el centro escolar que mejor se adapte a los aspectos que consideramos imprescindibles para la formación integral de nuestros hijos, y apostar por aquellos en los que se potencien las prácticas saludables desde edades tempranas.
Inculquemos buenos hábitos para que nuestros hijos crezcan siendo personas sanas en cuerpo y mente. Sigamos planeando momentos juntos y, sobre todo, cuidándonos para que, pronto, aquellas experiencias familiares que hoy tanto anhelamos vuelvan a ser una realidad.