Al mismo tiempo, entrando en el terreno académico, la escuela determinará, en buena parte, su porvenir laboral. Así pues, no podemos descuidar aspectos como el método de enseñanza aplicado en la misma, el aprendizaje de otros idiomas, la apuesta por las nuevas tecnologías o la preparación y el reciclaje formativo del equipo docente. Del mismo modo, el pasado curso fuimos testigos de la relevancia de poder adaptarse al teleaprendizaje, un escenario que no podemos descartar que se repita en algún momento.

Pero, sin duda, lo más importante es proporcionar a nuestros hijos un ambiente que les motive y les haga sentir a gusto. Y es que por muy bueno que sea un colegio, cuando este no encaja con las necesidades de los niños, difícilmente podrá proporcionarles un bienestar que garantice su pleno desarrollo tanto a nivel intelectual como emocional y espiritual.

Es esencial, sin embargo, que exista un consenso con los niños antes de tomar ninguna decisión al respecto. Al igual que en el caso anterior, por mucho potencial que tenga cualquiera de los anteriores terrenos formativos, de poco valdrán las enseñanzas aportadas si no existe una predisposición de los alumnos hacia las mismas.